Ayer por la noche un grupo de descerebrados fans del Júpiter nos dirigíamos al camp del Europa para presenciar el partido aplazado contra la Peña Anguera. Con una temperatura de -70 grados y enormes esfuerzos conseguimos llegar al estadi, pese a la gran cantidad de cadáveres muertos por el frío, que quedaron por el camino, entre ellos Masmitjà, Ger, Casas, Fontanillas, Ariadna, y muchos más. Fue muy duro perderlos pero Imperioso y yo llegamos y vencimos al frío, al viento y a la nieve. ¡¡¡Podeeeemos, siiii!!!. Los primeros calores corporales nos cayeron del cielo con el primer gol, obra de Adriannnnnnn ( el hijo de, ejem, el entrenador) con la testa. ¡¡¡Gooool!!!, ya no hacía falta bufanda.
A pesar de las molestias de un yayete llamado Puromán seguimos allí, al pie del cañón, animando. Faltaría más. Al rato un segundo gol de bella factura obra de Fran, con un estupendo disparo a media altura del poste largo que por cierto, no sé cuál es, siempre los he visto iguales los dos. Con el trabajo casi hecho llegó el descanso y decidimos hacer una excursión anti-congelators por las gradas. Bonito estadio, tú. Pancartas raras, marcadores que no van y van después, etc. El enemiiiigo necesitaba un revulsivo para remontar y decidieron sacar a un enano como hacía Javier Gurruchaga (la,la) en sus mejores tiempos del "Huevo de Colón". Al ser tan pequeñito, ese ser consiguió hechar un par de balones fuera lo que provocó que al árbitro se le congelara el cerebro y concediese un gol fantasma al equipo local.
¡Ay! la mama que ibamos 1 a 2, por suerte aún por delante. De repente todos los jugadores del Anguera se congelaron y se transformaron en enanitos (excepto uno clavao a Emmanuel Petit con coleta y todo) y los Júpiters aguantaron el tipo cerrando el partido con un tercer gol de Carlos Lozano, en fuera de juego demasiado posicional. ERA EL MINUTO 94. El partido terminó y pudimos oir a un chalado que hacía la trompeta (meeeeek) con la boca, el muy anormal. ¡¡¡Cómprate una, tontomón!!!.
Salimos a la calle y miles de coches llenos de banderas jupiterianas hacían sonar sus claxons (el loco con la boca otra vez, meeeek), mostrando su alegria por el resultado final. Imperioso y yo decidimos celebrar la victoria en un donerkebabs de esos que hay entre Concilio de Trento y Bac de roda. Nos atendió Pitaman, el superhéroe cocinero de Kebabs que llevaba una camiseta de su selección favorita donde se leía "SPANIEN". Verídico. Nos vendió las pitas y nos hechó educadamente pues cerraba media hora más tarde. Ahora puedo decir que soy feliz, ya que nuestro estimado Júpiter ocupa el tercer lugar de la tabla y está solamente a 5 puntos de la promoción de ascenso. Celebrémoslo amigos... ¡¡¡¡¡MMMEEEEEEEEEEEEEEEKKK!!!!!.
3 comentaris:
Me gustaría saber más de Puromán.
Poco te puedo decir, era un hombre que fumaba un gran puro y pululaba por allí. Le dije a Imperioso que era el Casaus de ellos y se puso a reir. Ya está.
Y luego añadió: ¡meeeeeeeec!
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