La historia que os voy a contar está basada en hechos reales. Se ha decidido cambiar nombres de personitas para evitar al FBI, la CIA, el KGB (aún existe no os confiéis) y la TIA (de los Mortadelos). Con la tranquilidad que da el saber que nadie se dará cuenta de los personajes reales empiezo mi terrorifica narración. Disfrutad del mieeedo. ¡Feliz Jalogüins!
Primavera del 2008. Hace demasiada calor para un peludo calvete que decide viajar desde Teknotitklán (que está muy lejos), para jugar el Tornooi Internattion-all of Jilikisthán una ex-republica soviética de esas que hay perdidas por ahí, en Asia. El inocente muchacho que soñaba con ser un falso Campeón Mundial como los que tenía antes la FILE (siglas traducidas del Francés que significan: Fédératión Internacionale de Ladrognes d' Échecs) se dirigia a la sala de juego. Era el sexto dia del sexto mes del sexto año del Dimoni. Algo iba a pasar. Llevaba blancas y le toco un espectacular obeso con muchos Elos que le planteó una defensa Caro-Kanns de esas aburridotas. El muchacho creía que para llegar a ser un auténtico Campeón Mundial FILE de los falsos, debia cuidar su físico. Ahora resulta que los más "grandes" soportaban la tensión nerviosa sin problema alguno durante 6 horas. Aún tenía mucho que aprender, aún era joven, aún era un Pókemons.
Pero había alguien que conservaba la forma a pesar de su avanzada edad. Era el Maestro Nacional Jilikisthaní Oospej Dareminyer. El muchacho calvito y peludo lo miraba con admiración. El Maestro Dareminyer (que llevaba muchos años de vuelo) se acercó a su mesa de juego y le hechó un vistazo. Ese hombre siempre daba ejemplo a los más jóvenes y nunca perdia las formas, eso ya lo perdian los demás cuando eran derrotados por él. Pero en aquel momento ocurrió algo inesperado, inesperadísimo, el muy Maestro se giró a ver otros tableros cercanos y sonó con suavidad: "preeth, preeth, preeth". No podía creerlo había soltado 3 suaves y sabias ventosidades justo en la cara del joven (cuánto le quedaba por aprender aún, ¿eh?). Impactado por el golpe Pedófilo y los perfumes de la primavera Jilikisthaní, el chaval perdió un peón en "h5"y la partida inmediatamente. No podía ser. Estaba KO.
Se levantó y lloroso corrió hacia el hotel a reponerse. Entró en la suite, respiró (que le hacía mucha falta) y se tumbó en la gigantesca cama "Lo Mónaco" del cuarto principal. Se había quedado dormido cuando la sombra de un hombre hecho y derecho se le acercaba muuuuy despacio. No, no era Constantino Romero, era el Maestro que le decía: "Escucha bien muchacho, no me queda mucho tiempo de vida. Con los años he descubierto el secreto de la invencibilidad en ajedrez..." "¿Imbecilidad? -le preguntó el joven calvete-. "No imbécil, invencibilidad digo". Y continuó, "Pero ya soy mayor para aplicar un sistema que requiere mucha energía, la que tú tienes. Éste será el LEGADO que te voy a dejar..." En ese momento y antes que el muchacho pudiera darle las gracias, el Maestro Nacional Jilikisthaní Oospej Dareminyer, se giró de espaldas, se oyó "preeth, preeth, preeth" y su sombra desapareció para siempre...
7 comentaris:
He llorado de risa, de verdad. ¿Insuperable? Espero que no.
La leyenda crece...
La leyenda se esfuma, más bien...
Sublime, ya espero con ahinco la continuación ... si la hubiera.
Por cierto, ¿tan fuerte era ese comentario suprimido?, o también había alcanzado en este caso la "Imbecibilidad" absoluta en lugar de la invencibilidad.
Que va, que va. Lo que ocurre es que tecleé un error tipográfico y no se entendía lo que mi maquiavélica mente pretendía así que yo mismo lo borré. Saba no censura a nadie, ni a su desbordante imaginación.
Gracias Catulín. ¡Barra libre!
Publica un comentari a l'entrada