"REGALINO", EL RIVAL DESEADO
Existe un ajedrecista de estilo lento y cansino
que nunca acepta unas tablas, aunque se encuentre perdido,
si veinticuatro jugadas en su planilla no ha escrito.
¿Lo adivinan?... El poeta a quien llaman "Regalino".
La razón de tal apodo con gusto yo les explico.
Es jugador de paciencia, de aburrir al enemigo
que acaba a veces perdiendo por un comprensible hastío.
Pero cuando la batalla entra en el finish maldito
y es menor de diez minutos el tiempo de "Regalino"...
Un miedo paralizante se apodera de su juicio,
y pasa a ser aprendiz de cerebro reducido
incapaz de un simple cálculo, errando junto al abismo.
Toda ventaja en sus manos se esfuma como un suspiro,
y se va dejando todas las piezas por el camino.
Mientras su contrario, eufórico por el banquete imprevisto,
devora un bocado y otro con insaciable apetito.
Los que observan, casi mudos ante tanto desatino,
se preguntan si su Elo es de verdad o ficticio.
¿Es maestro éste que juega? ¡Si es más frágil que un comino!
El final de esas partidas suele resultar el mismo:
El rival se anota el punto con esfuerzo casi mínimo,
y el que les habla acumula un cero más en su archivo.
Es imposible cambiar los decretos del destino.
Amantes del despropósito, ¡pasen y ocupen su sitio!.
Porque en un tablero tienen espectáculo servido
si en un lado de la mesa se ha sentado "Regalino".
Miguel Serrano
2 comentaris:
Molt divertit!
Si, a mi també m'agrada molt. Ho ha fet molt bé!
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