Grave accidente acaba bien.

Hace unos dias dos amigas mías, Yolanda Melons y Mari Pau Burgos, viajaban en el autobús que fue arrollado brutalmente por un tranvía descarrilado. Por suerte todo ha acabado bien, pero se vivieron momentos donde la tragedia se mascaba en el ambiente, con sangre y cristales por todas partes. Las escenas relatadas por Yolanda no se diferenciaban mucho del infierno, incluyendo el sufrimiento por si moria algún pasajero/a. Escribo éste artículo por tres motivos: 1) Desear con mucho cariño y muchos besos, una rápida recuperación a todo el mundo y en especial a Yolanda y Mari Pau. 2) Agradecer la ayuda impagable a la gente que auxilió y/o llamó a los servicios médicos, y a éstos por su bendita y veloz ayuda. Mil gracias serán pocas al gran trabajo realizado. 3) Enviar a la mierda a los putos imbéciles anormales con cerebro y corazón de nazi, que se estaban riendo de los accidentados, sin importarles que pudieran morir en ese mismo instante. A todos vosotros ratas de cloaca, malditos perros, iros a tomar por el culo. (Disculpen los lectores el desahogo de rabia).