Fidel Castro el inmortal.

No me sorprendió la noticia sobre su esperada reaparición levantando sus revolusssionarios brasssitos. Los dictadores son inmortales o al menos lo parecen, quizás también por el ansia de una libertad que no hay hoy en Cuba. Éste hombre empezó muy bien su carrera, pero continuó un poquitín dictadorete. Que si mando matar a mis amigos, que si cuestionas al régimen (por eso lo es) te corto los huevetes, que si venga va, hago elecciones para que no se vea, pero a mi no se me vota por si me hechan, etc. Nada que no sepamos ya. Lo impactante es que un hombre con tanto poder en su patria demuestra que está chocheando de verdad, debido a dos escenas extrañísimas, a saber: 1) Tarda 4 años para cambiarse el chándal de deporte por la camisa militar con lo que le gusta, que raro, y; 2) Hace un discurso de solamente 12 minutos. Ésto si que es noticia. Ahí está la clave, que el hombre de los récords de comer-cocos-ya-comidos, con una media por discurso de 6h 34' (la media, ¿eh?), lo haga tan corto, significa que está en las últimas. A ningún dictador le apetece dejar su "afición" y más si tiene hermanos que le dan cancha y le alargan el tema como un chicle Boomer, el super-chicle. La gran pregunta es si morirá cuando él quiera usando el método del desenchufe maquinal o si es verdaderamente inmortal. Porque entonces podría hacer junto a Cristopher Lambert la décimo-nona entrega donde se reencuentra en el infierno con Hitler (ahora en cartelera con los Zombis Nazis), Franco, Mussol-ini, Stalin and other legends de la hijo putez humana. Esperemos que no pase, que tengo mucho miedito. ¡Dios salve a Cuba!.