dilluns, 11 de gener del 2010

Buen Sant Martí en la Copa Catalana y Júpiter campeón de invierno.


Ayer se disputó la fase previa (Barcelona) de la Copa Catalana en las cotxeres de Sants y fue un buen dia para el Sant Martí. El equipo "A" iba sexto antes de jugar la última ronda en la mesa 1 y al perder bajó puestos pero causó una gran impresión con ésta juventud tan "trempada". Igual de trempats ibamos los del "C" que conseguimos un modesto pero meritorio subcampeonato de segunda. El objetivo es devolver al equipo "C" a primera en el Campionat de Catalunya per Equips que empieza en 15 dias, aunque yo seguramente estaré en el "B" la mayoría de rondas, pero ayudaré lo posible. La fase final de la Copa Catalana se disputará el domingo que viene en la sede del Foment Martinenc, y la disputarán los 8 equipos clasificados, correspondientes a 2 por provincia catalana. A nivel personal puedo deciros que con lo desanimado que había empezado el año por temas personales estresantes, una conexión así con tus compañeros y amigos de club recarga las pilas la mar de bien, y ahí cuentan todos. Que hermoso es todo cuando hay cariño. Además la Copa permite ver amigos de otros clubs que ves poco y eso es bello. Piñero te quiero.
Por otro lado el Júpiter venció en un partido clave, 4-1 al Sant Ignasi, proclamandose Campeón de Invierno de Primera Territorial (grupo 2). Evidentemente aquí tenéis la fabulosa crónica del eterno Imperioso...

DIOS APRIETA PERO NO AHOGA

Lo que había comenzado como un chiste fue escamando a más de uno a lo largo de la semana. La creciente inquietud fue minando la moral de los más optimistas y la razón de los más sesudos. Un escalofrío recorrió nuestros espinazos. Quizás lo que se había ido diciendo entre risitas en foros, bares y bodegas, entre pinchos de tortilla, calamares y patatas bravas, y con música de tragaperras de fondo, iba a resultar ser cierto. ¿Cómo explicar – si no es por esa temida y comentada intercesión divina a favor del equipo de los jesuitas de la Ronda de Dalt que un chistoso anunció así, al desgaire, y que parecía haber caído sobre el Júpiter como una maldición – la larga lista de bajas que nuestro equipo presentaba antes del decisivo encuentro de hoy? Uno a uno iban cayendo nombres, como si fuesen los diez negritos de Agatha Christie o los vicerrectores cesantes de la Universitat de Barcelona. Ahí estaba la ausencia del central Poche, ya larga e preocupante, la de Juanito o la de Andrés. Bernal, el gran capitán y el mejor de la temporada pasada, ocupaba plaza en el banquillo para desesperación de sus incondicionales y Xabi Altuna, el pausado lehendakari, le tenía que hacer compañía sin estar aún del todo recuperado. Costa, elegante central de nuevo cuño, a quien los agoreros también le habían adjudicado su huequecito en la lista de bajas, conseguía escapar de la maldición en el último momento y formaba en el once inicial. Igual había pintado con sangre del cordero sacrificado la víspera la puerta de su casa y había conseguido, de ese modo, escapar de los funestos planes que el Altísimo le tenía reservado para este domingo. Quién sabe. Respiramos aliviados en nuestra localidad de segunda línea al ver el seis luciendo en su espalda.

El equipo visitante se plantó bien sobre el terreno de juego, dispuesto a crear problemas al Júpiter, y, de paso, asaltar el liderato, del cual sólo le separaban tres puntos. Además, rivales directos como el Molletense y el Turó de la Peira habían hecho los deberes y habían ganado ayer sus respectivos partidos, por lo que los hoy azules no andaban muy por la labor de dejar escapar ninguno de los puntos en litigio. La plantilla entera, o casi, del Turó se desplazó hasta la Verneda para seguir con atención el encuentro entre dos de sus más directos competidores. Recuerdo cuando verdiblancos nos ganaron por dos goles a uno y, al salir de las instalaciones deportivas, uno de nuestros seguidores más veteranos sentenció, para mostrar su disconformidad con el juego exhibido por el equipo centenario, que “no nos engañemos, este equipo del Turó va a ser uno de los que acabarán bajando”. Un visionario. El Sant Ignasi, como decía, planteó una defensa adelantada que provocó que gran número de jugadores se apelotonase alrededor del círculo central, de modo que futbolistas de uno y otro equipo rindieron un improvisado homenaje a los centenares de jubilados que cada tarde coinciden en la rambla Guipúscoa, paseándosela de arriba abajo una vez, dos veces, tres veces y tantas como uno quiera o pueda imaginar. Los visitantes supieron controlar bien a los nuestros quienes, de todos modos, dispusieron de alguna ocasión para adelantarse en el marcador. El equipo colegial hizo méritos suficientes para dejar claro por qué era, hasta el día de hoy, el conjunto menos goleado del grupo dos de la categoría sin nombre. También el Júpiter mostró la mejor de sus caras en defensa, que tanto nos había hecho sufrir cuando parecíamos abonados al tres a dos en los minutos de descuento, y el portero Sergio permaneció prácticamente inédito en esta primera mitad. Una internada por banda izquierda del escurridizo Trigo fue despachada groseramente por un defensa azul, no quedándole otro remedio al trencilla que sancionar falta tan artera con una pena máxima al filo del descanso. El propio Trigo fue el encargado de transformar el penalti, cosa que, sin embargo, no hizo, ya que prefirió chutar la pelota fuera, a la izquierda del guardameta visitante. Con empate a cero se llegó al final de la primera parte, momento aprovechado por el público del Júpiter para reponer fuerzas en el bar y por el visitante para dejar la grada de tribuna y venirnos a dar la mañana a nuestra zona.
El segundo tiempo no pudo empezar mejor para los grisgranas ya que Ramón, el máximo goleador del grupo, cazaba en el segundo minuto de juego un balón descendente (que bajaba llovido, como diría el sabio de la Sexta) dentro del área y lo empalmaba con fuerza para establecer el uno a cero en el marcador. Poco después el árbitro volvía a señalar otro penalti a favor de los locales por un nuevo derribo a Trigo que él mismo se encargó, de nuevo, de fallar. Sólo que en esta ocasión tuvo la fortuna de recoger el rechace del portero y pudo anotar el segundo tanto del Júpiter. La parroquia visitante (nunca mejor dicho) ya por aquel entonces comenzó a ponerse nerviosa y uno de sus integrantes menos tímidos empezó a proferir calificativos, digamos, hirientes hacia el juez de la contienda. Uno no puede dejar de preguntarse si ese vocabulario es el que se adquiere en los colegios de jesuitas. Que lo tengamos quienes hemos estudiado, pongamos por caso, en el Infanta Isabel o en el Bernat Metge, tiene su explicación, y un pase, pero que se manifieste así la élite de nuestra sociedad no deja de preocupar. Al poco la ira de esos seguidores menos pudorosos del Sant Ignasi se fue extendiendo hasta alcanzar al cuatro (esto es, Serrano, hoy capitán y batallador como siempre o un poco más, incluso) y al siete (esto es, Ramón, manga corta y guantes de lana negros), circunstancia que me da a mí que pensar que, probablemente, hayan sido hoy los dos mejores del Júpiter. Como no entiendo mucho de fúmbol me tengo que guiar por estas pequeñas cosas.

Recortaron poco después distancias los azules con un potente disparo desde la frontal del área. Nuestros colegas de grada no observaron la falta que recibió Sergio dentro del área pequeña y aplaudieron, en esta ocasión, la decisión arbitral de dar por válido el tanto del Sant Ignasi. La única que dieron por buena, diría así, a bote pronto. Protestó nuestro portero hasta que las venas de su cuello se hincharon como varices a punto de operar, reclamación por la que obtuvo, como premio, una cartulina amarilla. Un balón recuperado en el centro del campo por Serrano, el del ardor guerrero, propició un rápido contraataque que no pudo ser culminado por Carlitos Vidal, quien fue derribado cuando estaba a punto de entrar en el área. Después de la expulsión del defensa visitante tras esa acción, acabó la resistencia del Sant Ignasi, capitidisminuido por la ausencia del futbolista y por los charcos que lució su zona de ataque en esta segunda mitad, hecho que redujo ostensiblemente sus opciones ofensivas. Quizás la causa habría que buscarla en el exceso de celo del operario responsable del riego del césped (y del público adyacente), quizás en el futbolista del Turó que anduvo jugueteando en el descanso con el aspersor. Ya lo debatirán en El larguero, en La portería y en Informe Robinson. El tranquilizador tres a uno fue anotado por el seguro Ángel, quien recogió un balón muerto en el área visitante, y el cuarto y definitivo gol fue obra de Trigo, que pudo cabecear a placer y libre de marca el tanto que le permite alcanzar a Ramón en la tabla de goleadores. Por cierto, el siete del Júpiter fue expulsado por doble amarilla al final del encuentro tras llevarse un balón con la mano, decisión arbitral que fue celebrada con alegría por nuestro amigo el iracundo jesuita. Apenas dimos importancia a las quejas finales, último refugio de la bestia herida. Tanta era nuestra satisfacción y nuestro gozo. A mí, debo reconocerlo, incluso se me escaparon unas gotas de pipí de la emoción.

Con estos tres puntos el C.E. Júpiter consolida su liderato y se proclama campeón de invierno a una jornada del final de la primera vuelta. La próxima semana visitaremos el feudo del Poble Sec en tanto que el Turó de la Peira, segundo clasificado, jugará en el campo del Adrianense.

Starring: Sergio; Sebas (Xavi 82’); Héctor; Serrano (Peke 82’); Ángel; Jordi Costa; Ramón; Diéguez; Trigo; Pol Bustos (Gaby 73’); Carlitos Vidal.

Also starring: Songoku; Jaume; la plantilla del Turó de la Peira, con Carlos Baute, George Michael, Portillo, el juguetón del aspersor y un señor de provecta edad que limpió con dedicación y un pañuelito de papel varios asientos; un ajedrecista retirado tan anciano como el anterior, el cual se me aparece en diferentes campos como si se tratara del espíritu de las navidades; un seguidor del Sant Ignasi muy irritante; el resto de los seguidores del Sant Ignasi, menos irritantes; tres niños entre los que no se incluía el Bola, que igual ya está el pobre en el correccional; una señora muy jupiterista que nos iba recordando cuántos goles llevábamos cuando nos descontábamos.

2 comentaris:

Unknown ha dit...

Felicidades por el subcampeonato del C. En el B no sé cómo quedamos pero supongo que entre el montón de los de preferente. Beto estuvo muy fino.
Felicidades también a todos los jupiteristas de bien.

Jordi Sabater ha dit...

Gracias majete. El "B" hizo medio punto más que el "C", aunque como no tenia la clasificación...

Ahora está en la web de la federació, pero aún no me atrevo a entrar con el virus ese que corre por ahí.